sábado, 30 de enero de 2016

Grupo Bradomín

En los ochenta surge una nueva generación de autores que buscan la conexión con el público de una manera más directa e individualizada.
 

El resultado es una generación realista consagrada al reflejo testimonial de los sectores sociales desfavorecidos.


Este flujo de nuevos dramaturgos es lo que se denominó la corriente del “teatro de texto“. Algunos calificaron a estos autores emergentes como “la nueva dramaturgia española” o “la generación alternativa”. Pero ya por aquel entonces otro nombre hizo fortuna: “la generación Bradomín”, por haber sido todos ellos galardonados con este premio.


El Premio “Marqués de Bradomín” es uno de los premios literarios más importantes para jóvenes dramaturgos. Fue creado en 1984 por iniciativa de Jesús Cracio, como director técnico del Área Teatral del Instituto de la Juventud del Ministerio de Asuntos Sociales.


Fue otorgado por primera vez en 1985 y está destinado a autores nacidos o residentes en España menores de treinta años cuyos textos hayan sido escritos en cualquiera de las lenguas del territorio español. Su objetivo, en palabras del fundador, es "descubrir y potenciar nuevos valores en el complejo mundo de los dramaturgos", así como "premiar a los recientes creadores que apuestan por la búsqueda de nuevos lenguajes teatrales".

Sergi Belbel en 1985 recibe el Premio Marqués de Bradomín porCaleidoscopios y faros de hoy, que se estrena al año siguiente. A partir de ese momento se han sucedido los estrenos, y Belbel hena pasado a convertirse en uno de los valores jóvenes más firmes del país.

Entre los ganadores del Premio Bradomín se encuentran escritores que intentaron después hacerse un hueco en la escena española, algunos sin lograrlo: Alfonso Plou, Rafael González, Paco Sanguiró, Rodrigo García, Antonio Onetti, Maxi Rodríguez, Margarita Sánchez, Juan Mayorga, Pablo Ley, Iñigo Reyzabal, Juan García Lanondo, Carmen Delgado, Toni Mescalina, Pilar Ruiz, Yolanda Arrieta y Manuel Veiga, entre muchos otros.

A esta generación se la ha dividido en dos bloques:


Una primera promoción reuniría a todos aquellos dramaturgos que comenzaron a publicar y estrenar en la década de los ochenta: Sergi Belbel, Leopoldo Alas, Eduardo Galán, Rodrigo García, Paloma Pedrero… hasta componer una larga lista de 45 autores. La segunda promoción agruparía a 51 dramaturgos que comenzaron a estrenar a principios de los años noventa y es en este segundo grupo donde encontramos a Juan Mayorga, Yolanda Pallín , Itziar Pascual o Angélica Liddell.


Esta segunda promoción no aspira a satisfacer los gustos del público aburguesado que acude a las salas de teatro clásico. Por el contrario, se trata de una corriente fresca de creadores que buscan llegar a los espectadores jóvenes e inquietos de las salas alternativas.


A la hora de definir la estética que unifica a estos autores hay que apuntar a la recuperación de la palabra a través de la escritura en la que conviven otros lenguajes (el cine, el cómic, la televisión y la cultura pop), la puesta en escena está al servicio del texto por lo que la palabra resulta el eje central sobre el que se articula un amplio juego visual, con una clara discontinuidad de tiempo y espacio donde a veces los planos se confunden o se superponen. Aunque exista una mayoría de personajes realistas, a partir de los 90 aparecen con frecuencia personajes abstractos, como si fuesen unas voces extrañas, anónimas, así como la proliferación de monólogos y de poemas dramáticos y líricos y textos mucho más cercanos a guiones de cine que a una obra de teatro.

Sus obras están influidas por dramaturgos europeos como Samuel Beckett, Heiner Müller o Harold Pinter.

Son autores marcados por la pérdida de confianza en las utopías políticas y en las soluciones totalitarias de los problemas sociales, así como en la capacidad del idioma para lograr una reproducción objetiva de la realidad y aunque algunos teóricos defienden la homogeneidad del grupo, los propios autores que lo integran muestran su convicción de no constituir una generación puesto que su teatro obedece a motivaciones distintas, trata temáticas diversas y se construye a partir de estructuras diferentes.

Juan Mayorga, en la revista Jotdown:

Me parece que esa etiqueta expresa la incapacidad de encontrar una denominación que aluda a un lenguaje compartido, a un tema común, a un acontecimiento fundante. Engloba a personas que escribimos con una gran diversidad temática y formal y que solo coincidimos en haber tenido algo que ver con ese premio —que yo nunca gané—. El premio tiene un nombre muy bonito, Marqués de Bradomín, pero la expresión «Generación Bradomín» no me parece muy útil para hacer historia de la literatura dramática.

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Sergi_Belbel
https://es.wikipedia.org/wiki/Sonatas_(Valle-Incl%C3%A1n)
https://es.wikipedia.org/wiki/Marquesado_de_Bradom%C3%ADn
https://es.wikipedia.org/wiki/El_marqu%C3%A9s_de_Bradom%C3%ADn._Coloquios_rom%C3%A1nticos
https://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Marqu%C3%A9s_de_Bradom%C3%ADn
http://www.monografias.com/trabajos91/valle-inclan-marques-bradomin/valle-inclan-marques-bradomin.shtml

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